Para calafatear el revestimiento de un molino de bolas, se suele recomendar el mortero refractario en lugar del cemento refractario. Las razones son las siguientes:
Mortero refractario está específicamente diseñado para colocar y calafatear ladrillos y revestimientos refractarios. Posee excelentes propiedades de plasticidad y adherencia, rellenando las juntas de los ladrillos y garantizando la estanqueidad general.
Cemento refractario (normalmente cemento de alta alúmina) se utiliza principalmente en la preparación de hormigones moldeables o refractarios. Tiene un alto índice de contracción y es propenso a agrietarse o desprenderse cuando se utiliza directamente como masilla.
El mortero refractario puede utilizarse simplemente añadiendo agua y mezclando. Proporciona un buen ajuste entre los ladrillos durante la construcción.
Utilizar cemento refractario directamente para calafatear es difícil, complicado de aplicar en capas finas y propenso al ahuecamiento.
Debido a las vibraciones y los impactos que se producen durante el funcionamiento del molino de bolas, las juntas de los ladrillos deben ser uniformes y densas. El mortero refractario puede amortiguar eficazmente las tensiones.
Aunque el cemento refractario tiene una gran fuerza de adherencia, es susceptible de fallar ante choques térmicos y vibraciones mecánicas.
El calafateado del revestimiento del molino de bolas debe realizarse con mortero refractario, no simplemente con cemento refractario. Si se requiere una mayor resistencia, se puede añadir cemento refractario o aditivos al mortero en cantidades adecuadas, pero no se recomienda sustituirlo completamente por cemento refractario.
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